me gusta cuando me doy cuenta que estoy viviendo un momento eterno. uno de esos que casi no pasan. son raros pero uno sabe cuando esta viviendo algo fuera de si. algo que va a trascender y se va a convertir en una memoria tan preciada como pocas otras cosas. se sienten las endorfinas inundando cada milímetro del cuerpo. sí, probablemente estoy cayendo en uno de los mas viejos clichés pero que rico es que, a veces, por algunos minutos, todas las preocupaciones, todos los problemas, responsabilidades y verdades incómodas con las que tenemos que lidiar día a día simplemente se derriten y se escapan hacia otro lugar para dar paso a la euforia que toma nuestras cabezas y hace con ellas cosas que todavía no entendemos ni queremos entender. que rico que todavía existan cosas nuevas en el mundo. experiencias nuevas, sentimientos nuevos, emociones desconocidas. que refrescantes son los momentos en los que nuestra conciencia pierde todo control de nuestro cuerpo y hasta duelen los músculos de la cara por tanto sonreír, en los que lloramos de la felicidad
yo soy responsable de mi propia felicidad.